La Dominikanerkirche (en alemán) o Iglesia de Santa María Rotonda (renombrada así en 1927), es la Iglesia Dominicana de Viena y una de las primeras iglesias barrocas que se construyeron en el primer distrito de Viena. Se encuentra en Postgasse 4, en el distrito 1 (línea de metro U3, estación Stubentor). De hecho, antes de que la actual se construyera, ya había habido otras dos iglesias posteriormente. La primera se construyó en este terreno asignado por el duque Leopoldo VI en 1237 por los dominicos recién llegados, pero un incendio la destruyó. En 1458 se volvió a construir de nuevo, pero el sitio de la ciudad por parte de los turcos en 1529 la volvió a destruir. La que vemos hoy, es la tercera iglesia ubicada en este terreno, empezada a construir en 1631 por los maestros de obra Jacopo Spacio, Biasino Cipriano y Canevale Antonio, los cuales presentaron con esta iglesia el estilo barroco italiano en Viena.
Lo que más me gusta de esta iglesia es que, lo que ves por fuera, no tienen nada que ver con lo de dentro. Su fachada austera, construida en el estilo románico-lombardo, constrasta muchísimo con su interior barroco.
La iglesia consta de una nave central de 22 metros de altura, flanqueada por tres capillas laterales a cada lado, un transepto, un coro y un ábside. Pero lo más impresionante de esta iglesia es la decoración interior: ventanas semicirculares permiten una luz suave en los frescos del techo de bóveda de cañón, obra de Matías Rauchmiller (1675), en los que se describe la vida de la Virgen en 46 escenas.
El órgano fue construido en 1750 por los constructores vieneses de órganos de la época.
¿Veis la diferencia entre interior y exterior? Es impresionante estar dentro de esta iglesia, es una de las más bonitas que he visto.