Las cafeterías Aïda son famosas en Viena. Es una cadena especializada en cafés y pastelitos, pero lo curioso del sitio es que todo es de color rosa. Las camareras llevan camisa y falda rosas, el logotipo, impreso en todas las tazas y platos, es rosa, las cajas de café son rosas, la carta es rosa, las sillas son rosas… vaya, es como entrar en la fantasía de una niña de cinco años y sentarte a jugar a darle el té con pastas a las muñecas.
A pesar de la sobresaturación de sonrisas, dulces, pasteles y color rosa, el café que sirven es realmente bueno, así cómo la gran variedad de pasteles y pastas que ofrecen: desde porciones de pastel de todo tipo (chocolate, manzana, fresa, sacher…) hasta bombones, pastas en forma de corazón o crusanes con cerecitas dulces. Y el precio no está mal (unos dos euros y medio las porciones de pastel, por ejemplo) (y no son porciones pequeñas, la verdad).
No dejes de ir a cualquiera de las muchísimas cafeterías Aïda, repartidas por toda la ciudad (la que aparece en la foto de este post es la del centro, justo delante de la catedral de San Esteban) en las que te sentirás cómo si estuvieras en un cuento de princesas.
Ah, y si te llamas Aïda, perpárate para sentirte cómo si alguien que se llamara Carrefour, Pryca o Bar Paco viniera a España 🙂
Su página web, también de color rosa, es: