Orson Welles, el famoso director de cine, creador de películas tan importantes como Ciudadano Kane, Sed de mal o El extranjero tiene una relación muy especial con Viena. Desde que participó en la película El tercer hombre dirigida por Carol Reed en 1949, Welles se quedó enamorado de la ciudad. Así, en 1968 hizo este documental sobre la cuidad, un documento prácticamente desconocido por el gran público, pero que muestra la visión que tiene el cineasta de la capital austríaca. Es un cortometraje, un proyecto inacabado en el que Welles mezcla distintos elementos de la ciudad que para él son interesantes y representativos de ésta.
Lo rodó para un programa de televisión que tenía en mente, al que quería llamar Orson’s Bag (La mochila de Orson), pero que nunca fue emitido. El film dura sólo 8 minutos porque partes del negativo original se perdieron y sus restauradores lo han montado lo mejor que han podido, aunque no se ve una introducción, un nudo y un desenlace. En este corto titulado Orson Welles’ Vienna (La Viena de Orson Welles), el director nos narra en primera persona, mientras anda por sus calles, cuán encantadora y dulce es la ciudad. Hace una oda a la música clásica y a los valses, al carácter de los vieneses (y las vienesas), a los innumerables tipos de dulces y pasteles que se preparan en la ciudad… y nos habla de la Viena de los espías, diciendo, por ejemplo, que Viena es al espionaje lo que Detroit es a los automóviles.
Sólo he podido encontrar el corto en inglés con subtítulos en francés. El audio es un poco malo y los colores están un poco desteñidos (supongo por lo deteriorado que estaba el negativo), pero se sigue bien y, sobretodo, se puede ver Viena desde el punto de vista de un genio. Y lo más curioso es que esta Viena del 68 es la misma de hoy en día. Nada ha cambiado en las calles de la capital. Todo sigue igual.